La tercera marcha nacional de la Articulación Nacional Indígena por una Vida Digna (ANIVID) congregó a miles de hombres y mujeres de diferentes pueblos indìgenas tanto en Asunción como en Pozo Colorado y otros puntos del país donde comunidades y organizaciones salieron a mostrar, una vez más, su resistencia ante un Estado, y un modelo económico, que los excluye y discrimina.
La recordación del 11 de octubre como último día de libertad para los Pueblos Indígenas trajo hasta el pleno centro de la capital toda la fuerza de más de 500 años de resistencia de los Pueblos Indígenas expresados en sus danzas, cantos y rituales. El cambio de clima, de un calor intenso a un fresco casi invernal, acompañó el paso de la recordación a la lucha, a la acción y a la protesta que se vivió en este 12 de octubre.
Al igual que años anteriores, la ANIVID presentó un amplio pliego de reclamos que abarca varias aristas de la vida de los Pueblos Indígenas, desde sus necesidades más básicas hasta cambios estructurales necesarios para garantizar la continuidad de su existencia como Pueblos. “Tierra, autonomía y participación”, el lema elegido por la organización para esta tercera marcha, resume de manera cabal los principales puntos de exigencia de la Articulación que fueron presentados a los tres poderes del Estado.
Desafiando a la llovizna y al repentino frío, la marcha partió en horas de la mañana llegando hasta las sedes de algunas de las Instituciones públicas que deben dar respuestas a los reclamos. Ante la sede del Ministerio Público y el Ministerio del Interior el grito unánime fue por el fin de los desalojos violentos y la criminalización de los indígenas que luchan en defensa de su territorio. Mientras, en Pozo Colorado, unos 1500 indígenas Chaqueños se manifestaban en la Ruta Transchaco con las mismas exigencias y reclamos, aguardando ser escuchados.
Fue justamente el Ministro del Interior, Enrique Riera, autor de la llamada Ley de Criminalización – que penaliza con hasta 10 años de prisión la lucha por la tierra – el responsable de recibir a la dirigencia de la ANIVID, en una mesa de diálogo que incluyó a la Presidenta del Instituto Paraguayo del Indígena y a representantes de diferentes entes públicos.
“Aquí estamos trayendo nuestros reclamos y nuestra resistencia, queremos ser escuchados y que estas situaciones tan duras que pasamos, los desalojos, la falta de agua, de educación, de salud y otras ya no se repitan” señaló la Coordinadora Nacional de la ANVID, Maria Luisa Duarte, al inicio de la reunión. La organización reclamó que desde hace dos años vienen presentando los mismos pedidos a los entes del Estado sin encontrar respuestas concretas a sus pedidos.
De los 34 puntos planteados en el pliego de reivindicaciones de la movilización, se destacaron ante las autoridades la urgencia de dar respuesta a la necesidad de garantizar el acceso a la tierra, con medidas como el fin de los desalojos, aumento de presupuesto para la compra de tierras por parte del INDI, y el fin de la aplicación de la Ley 6830 (Ley Zavala-Riera) que criminaliza la lucha por la tierra; también se reclamó el respeto al Derecho a la Consulta y el Consentimiento Previo, Libre e Informado, exigiendo que las autoridades dejen de impulsar leyes que afectan a los Pueblos Indígenas sin darles participación real.
La justeza de los reclamos y la firmeza de las mujeres y hombres indígenas llevaron a que el nuevo gobierno, representado por Riera, deba aceptar la apertura de una Mesa de Trabajo con la presencia de representantes de los tres poderes del Estado, cuya primera sesión fue establecida para el próximo 13 de noviembre.
Tanto para quienes marchaban en Asunción, como para los manifestantes en Pozo Colorado, la firma del acta de compromiso para la apertura de esta mesa, fue una conquista de la movilización y representa la posibilidad de discutir con las instituciones las medidas necesarias para garantizar una vida digna para los Pueblos Indígenas.
La Tercera Marcha Nacional de los Pueblos Indígenas ha sido una demostración de la vigencia del movimiento indígena como parte fundamental de la vida política del país. “El movimiento indígena tiene hoy visibilidad, articulación, movilización e incidencia, manteniendo sus propias características, como la representatividad de lo colectivo y la fortaleza de los liderazgos” señala el antropólogo e integrante de Tierraviva Rodrigo Villagra al analizar el avance de la ANIVID y de la lucha indígena en los últimos años.
Villagra señala que el movimiento indígena “en su planteamiento apunta a una transformación de esa estructura desigual, racista y discriminatoria sobre la que se constituyó el Estado paraguayo, negando su raíz indígena”. Además agrega que la presencia continua de las luchas indígenas en los últimos años, muestra claramente un mayor vigor del movimiento, pero también “la urgencia y permanencia de sus reclamos, que se profundizan justamente como consecuencia de un modelo que los excluye”.
El analista indica también que la acción de la ANIVID muestra que hay una capacidad de madurez, de contestación y de reclamo que replantea la relación que el Estado paraguayo, y la sociedad en general, tiene con los Pueblos Indígenas. Así también indica que el movimiento se seguirá fortaleciendo ya que los reclamos, como el derecho a la tierra y otros puntos, están plenamente justificados e incluso reconocidos en los marcos normativos tanto a nivel nacional como internacional, lo que crea una tensión entre las aspiraciones del movimiento y el intento de mantener el status quo que predomina en las autoridades.
“El movimiento indígena viene a plantear una fuerza de renovación y de recuperación de la lucha por una sociedad más justa y sustentable en todos los sentidos” concluye Rodrigo Villagra.