Ava Guaraní

Población

Se les conoció también como Chiripa, Ava Chiripa, Chiripa-guaraní y Ava-katu-ete. Ava Guaraní es una autodenominación que significa “hombre guaraní” pero entre los paraguayos Ava es un término despectivo que muestra claramente cómo han sido discriminados y marginalizados los indígenas. Su hábitat histórico se extiende “al sur del río Jejui Guasu, a lo largo del Alto Paraná y al sur del Yguasu”. Los Ava son un pueblo transfronterizo por lo que también se puede encontrar parte de su población en el Brasil, país donde fueron denominados como Ñandeva. En Paraguay, son el segundo pueblo de mayor proporción en comparación con el resto con una población total de alrededor de 17.697 personas dispersas en aproximadamente 140 comunidades y 18 nucleos familiares en los departamentos de Canindeyú, Alto Paraná y San Pedro principalmente así como en menor proporción en los de Caaguazú, Central, Amambay y Concepción (DGEEC 2013).

“Los Ava-Katu-Ete, los Ava Guaraní del Guayra contemporáneo son los sobrevivientes de un pueblo diezmado. En los momentos iniciales de la invasión europea, las estimaciones numéricas hacen ascender el contingente demográfico del área a alrededor de 200.000 personas (cifra un tanto abultada), que recibieron el embate colonial con su secuela de los bandeirantes paulistas que secuestraron y redujeron al servilismo a un número estimado de 60.000 hombres y mujeres durante el tiempo que duró su redituable actividad económica. A estas compulsiones se les sumó la compulsión ideológica de la empresa jesuítica, cuyos intereses materiales y espirituales pueden ser objeto de discusión, pero cuyo resultado fáctico resulta indudablemente definible por la descaracterización cultural de sus protegidos” (Bartolomé 1991:31)

Desde finales del S. XIX, fueron obligados a trabajar en los yerbatales de la empresa Industrial Paraguaya S.A. en condiciones de esclavitud.

 

Organización Social

Vivían en pequeños asentamientos o Tekoha de 3 a 10 familias pero actualmente los Tekoha comprenden grupos de hogares denominados comunidad, liderada bajo mandato de una asamblea por un líder político, siendo aún de gran importancia el paye o líder religioso (Dalles 2012). Una de las funciones del cacique era administrar el trabajo comunitario y distribuir los bienes de consumo.

“El mito, en su surgimiento, constituye una metáfora de lo social, que a través del poder normador que adquiere, hace que lo social sea, a su vez, una metáfora del mito” (Bartolomé 1991:61). Los Ava Guaraní tienen como relato central de su mitología el ciclo de los gemelos, que refleja las normas socio-culturales y la apropiación simbólica de un universo destinado al hombre; al complementarse con otros mitos de carácter etiológicos o de origen, dan cuenta de la aparición de las plantas y los animales, en una concepción de “una naturaleza sagrada y ligada al hombre” (Bartolomé 1991:51).

 

Economía

Su actividad económica comprende una estrategia multiple donde la caza y la recolección están presentes junto con la agricultura, la cria de animales y el trabajo en las estancias vecinas (changas) (Renshaw y Reed 1990). Actualmente las comunidades estan rodeadas de estancias dedicadas al monocultivo. Los recursos naturales en la región oriental han sido arrasados siendo incluso considerados como un ecocidio (Chase Sardi 1987) que aún continúa. La deforestación permanente y la contaminación con agrotóxicos para hacer crecer los monocultivos, han disminuido considerablemente los recursos de las comunidades y las posibilidades de continuar viviendo alí. Varias comunidades rodeadas de soja, mermados sus cultivos y presas, son forzadas a rentar sus tierras. Aún con tímidas políticas ambientales y de protección a las comunidades, principalmente de sus territorios para la continuidad de sus modos peculiares de vida, en la región oriental, los miembros de las comunidades migran paulatinamente hacia otros Tekoha y finalmente hacia los centros urbanos donde la vida pareciera no ser más difícil que estar al arbitrio de los patrones y la voracidad de los empresarios del agronegocio.

Dentro de lo que cultivan está mandioca dulce, muchas variedades de maíz, batata, frijoles, maní, calabaza, banano, mamón, melón, yerba mate y caña de azúcar y la cria de gallinas, guineas, pavos, cerdos y en algunos casos animales vacunos como reemplazo de presas que escasean. Utilizan sistemas de cultivo tradicional, sin remover la capa superficial del terreno, simplemente colocando la semilla en un pequeño hoyo vertical. Para el trabajo se dividen, la caza, pesca, recolección de miel, son tareas exclusivamente masculinas, mientras que la recolección de frutas y vegetales como la cria de animales pequeños está a cargo de las mujeres, en tanto que en la chacra es trabajado por todos y todas.

 

Tradiciones – Religión

El centro de fuerza para conservar y transmitir la memoria del pasado es el jeroky ñembo’e o danza sagrada donde los oporaíva trasmiten los valores culturales a través de relatos míticos. Participa toda la comunidad, mientras los oporaíva o chamanes cantan, un coro de mujeres marca el ritmo con las takuara golpeando el suelo y todos bailan y comparten una bebida fermentada a base de maíz. El jeroky ñembo’e fortalece los vínculos con los seres divinos pero también entre los y las miembros de la comunidad. Otro aspecto importante es la medicina basada en el conocimiento de las propiedades terapéuticas de distintas plantas y la basada en el poder del oporaíva.

 

Documental sobre la “experiencia espiritual ceremonial del Mitakaraí, del pueblo Avá Guaraní, en el que las personas reciben sus nombres interiores. Éstos, también llamados nombres del bosque, tienen una procedencia en el mapa cosmogónico guaraní, que contempla 5 direcciones, Este, Oeste, Norte, Sur y Cielo o Potencial” (Visión Documenta, 2008).

 

La tenencia de la tierra es comunitaria, así como era en los antiguos pueblos guára; territorio bien delimitado para un grupo donde existía un tekoha ruvichá, generalmente un líder religioso (ñanderu) asistido por la asamblea de todos los miembros, llamada aty guasú.

Tradicionalmente existe una división del trabajo por género: caza, pesca y recolección de miel son tareas exclusivas de los hombres, mientras que la recolección de frutas y vegetales está a cargo de las mujeres. Por otro lado en la chacra trabajan tanto varones como mujeres indistintamente.