17 / Dic / 2015

Despedida de Agapito Navarro (1940-2015)

El 14 de diciembre en el Hospital Max Boettner falleció Agapito Navarro, líder y chamán del Pueblo Angaité. Tenía 75 años y una tuberculosis que fue complicando su salud. Agapito era hijo de Florencio Navarro y nieto de Pablito Yryndey pertenecientes al sub-grupo Angaité koeteves. También, era hijo de Magdalena Pablito y nieto de Paulino Cabañas, ambos, del pueblo Enxet Sur. Fue un luchador, un gran referente y una persona muy querida por quienes conformamos el equipo de trabajo de Tierraviva. Agapito Navarro era líder de la comunidad Karova Guazu, de La Patria ubicada en el Departamento de Presidente Hayes.

Para instituciones y organizaciones como Escuela Viva del Ministerio de Educación y Culto, el programa de CEADUC de Revitalización del idioma angaité y mi propio trabajo de campo e investigaciones antropológicas, Agapito fue un referente muy importante. Su experiencia de vida, su vasto manejo de las nanek anya (noticias antiguas), su conocimiento y ejercicio como chaman, le generaron prestigio entre propios y extraños, así como también enemistades y rivalidades.

Agapito fue un hijo de su tiempo y su territorio. De un tiempo y un espacio que para nosotros los paraguayos y tardíos colonizadores del Chaco creemos ilusoriamente haberse iniciado con la Guerra del Chaco, con las tanineras o con los primeros colonos, ganaderos, misioneros y militares. Estos últimos hechos y actores, si bien han sido decisivos en la vida de los pueblos indígenas, como cuando un meteoro invade la trayectoria de otro cuerpo celeste, nos impiden ver – por efecto de los estragos y pirotecnia hechos por la colisión – la vasta y dinámica historia que ya era propia de las naciones chaqueñas.

Agapito, con sus amenos relatos y voluntad para integrarme en su cosmovisión y lengua, me ayudó a asomarme y conocer una parte de esa profunda y compleja memoria. Agapito, de nuevo, hijo de su tiempo y su tierra, vivió en su cuerpo y en su condición de indígena marginado muchas de las penurias y consecuencias de la colonización, aprendiendo a convivir y sobrevivir con las limitadas posibilidades de subsistencia disponibles entre las estancias y obrajes y las posteriores y erráticas propuestas de “desarrollo”, ”modernización” o “liberalización” destinadas a la población indígena.

Al asumir de mi parte una cercanía, empatía y parentesco con Agapito, su familia y su comunidad, también pude entender con mayor claridad cómo las distintas intervenciones, acciones y omisiones de nuestra sociedad no indígena y del Estado cobraban otro sentido y realidad, muchas veces distinto al de los indígenas; así también pude observar las consecuencias e implicancias – positivas y negativas – de esas acciones externas sobre la población indígena. Aprendí, por decirlo de una manera genérica, que para lograr una mayor igualdad desde la diversidad, hay que admitir primero nuestra derrota como vencedores o salvadores, y que esa admisión es el antídoto contra nuestra ignorancia, y que solo en una relación que se construye recíprocamente – ciertamente con malentendidos y tropiezos – estando, siendo, transformándose con y hacia el otro en el proceso, emergemos como humanos.

Lastimosamente, luego de los intensos y felices periodos de “trabajo de campo” en La Patria, vividos entre los finales del año 2004 hasta inicios del 2007, la culminación de mi doctorado en Escocia y más tarde mis compromisos laborales y personales en Paraguay, me llevaron a otros derroteros. Sin embargo, por suerte, Agapito siguió siempre buscando el contacto conmigo y esperando que volvamos a trabajar en mi lento e inseguro aprendizaje del idioma kovalhok y en la recolección de más testimonios de ancianos angaité, que como Agapito, han ido poco a poco retirándose a otras dimensiones del cosmos.

A manera de despedida y reencuentro, anoto abajo un fragmento de dudosa corrección y traducción, que Agapito compartió conmigo y que yo, premonitoriamente, escribí ya hace algunos años:

“Apkuaktelheklhiap pelhalheklhaik naeksa tienhangkok namok apangkok malha apiua. Nemo’ok”

¨Anoche, en mis sueños, viniste a buscarme en tu canoa estelar. Partamos”

 

Rodrigo Villagra Carrón.

Biografia de Agapito Navarro, foto de Agapito, Marcos Glauser

 

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