Mañana se realizará una movilización indígena en Asunción

Líderes de 70 comunidades apoyan reivindicación de Xákmok Kásek

Líderes indígenas de diferentes comunidades del Chaco, aglutinados en la Coordinadora de Líderes Indígenas del Bajo Chaco (CLIBCh), anunciaron que mañana estarán presentes en una manifestación en el centro de la capital en apoyo a la comunidad Xákmok Kásek, del pueblo Sanapaná, que reclama al Estado paraguayo la devolución de unas 10.700 hectáreas, parte de su territorio ancestral.

Más de 150 representantes comunitarios participarán de la movilización para exigir al Vicepresidente de la República, Juan Afara, y al presidente del Instituto Paraguayo del Indígena, Jorge Servín, el cumplimiento de la obligación ante la comunidad y que sean adquiridas las tierras reivindicadas por Xákmok Kásek.

Según los organizadores de esta protesta son líderes de unas 70 comunidades indígenas chaqueñas, que forman parte de la CLIBCh, y que apoyan esta medida de fuerza que tiene como objetivo el cumplimiento de la sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que en el año 2010 condenó al Estado Paraguayo por la violación de los derechos de los miembros de la mencionada comunidad Sanapaná. El Paraguay fue condenado a devolver a los indígenas una parte de su tierra ancestral, que en la actualidad está titulado a nombre de una empresa ganadera.

Xákmok Kásek reclama la devolución de unas 10.700 hectáreas, ubicadas en el distrito de Puerto Pinazco, Departamento de Presidente Hayes, Chaco. Inicialmente el inmueble formaba parte de una sola finca en la que estaba asentada la Estancia Salazar, inscripta a nombre de la firma Eaton y Compañía S. A. Sin embargo, desde finales del 2002 unas 3.293 hectáreas,  fueron transferidas a la Cooperativa Menonita Chortitzer Komitee.

En noviembre de 2013 los ganaderos ofrecieron al INDI la venta de 7.700 hectáreas, parte de las tierras reivindicadas por la comunidad. Sin embargo, a pesar de haberse culminado el proceso administrativo para la adquisición definitiva, el Indi, inexplicablemente, no está remitiendo los documentos al Ministerio de Hacienda para que éste desembolse el pago.

Gerardo Larrosa, representante indígena de Xákmok Kásek, explicó que se realizaron todos los trámites administrativos necesarios y que incluso se llegó a un acuerdo sobre el precio. Sin embargo, hasta la fecha el INDI no pagó el precio acordado y que ante esta situación la empresa ganadera podría vender el inmueble a un particular.

Desde hace dos semanas los miembros de Xákmok Kásek reocuparon su tierra. Más de 200 personas, preocupadas por la situación generada a partir del incumplimiento de las obligaciones de las autoridades competentes,  ingresaron al inmueble y se encuentran viviendo bajo carpas, exigiendo al Estado paraguayo que compre las tierras para la comunidad.  “Nosotros exigimos al Estado que cumpla su compromiso con la comunidad, que cumpla lo que establece la sentencia de la Corte IDH, que pague por esta tierra y que nos la devuelva, solo así podremos vivir tranquilos” indicó finalmente Larrosa.

Travesía al país donde viven los loros

La comunidad Xákmok Kásek exige al Estado el inmediato cumplimiento de la sentencia de la Corte IDH.

E’a marzo 1, 2015.  Por Paulo López

 

Tras 25 años de tramitar la restitución de su territorio por las “vías institucionales”, la comunidad Xákmok Kásek ha reingresado a sus tierras ancestrales exigiendo que el Estado cumpla una sentencia de la Corte IDH.

Apenas al llegar se constata la precisión descriptiva de la toponimia indígena. En las tierras ancestrales de la comunidad Xákmok Kásek, que en castellano significa lugar donde hay muchos loritos, en efecto abundan estas aves bullangueras en variados tamaños y colores. Además de las especies salvajes que planean sobre los cañadones chaqueños, algunos ejemplares domesticados saltan de rama en rama por los árboles que guarecen las carpas del campamento.

Mientras caminamos por un sendero que bordea los humedales, intento vanamente arrancar a Serafín López, líder de la comunidad, alguna explicación sobre el lugar que ocupa esta ave en la cosmogonía sanapaná. Me pongo a fabular, pues, que quizá una cotorra primigenia fue la portadora del canto originario que infundió el hálito vital al mundo y las cosas. Pero me consuela con una confesión: la cualidad que destacan de esta ave es la nobleza.

Serafín tiene 57 años, de los cuales ha pasado al menos 45 fuera de su hogar hasta que a inicios de la semana pasada, tras 25 años de pacientes gestiones para reivindicar sus derechos por las “vías institucionales”, reingresaron a sus tierras. La porción reivindicada se encuentra a unos 13 km de la ruta Transchaco, a la altura del Km 340, en el distrito de Puerto Pinasco, departamento de Presidente Hayes.

Nos cuenta que hacia los setenta empezaron a llegar los ganaderos y empresarios, que progresivamente fueron adquiriendo grandes extensiones en la zona y echando abajo los bosques. Así, los habitantes originarios iban siendo arrinconados hasta que tuvieron que salir y unos pocos emplearse en las estancias, donde eran esclavizados a cambio de víveres y ropas a la manera de los mensú. Relata que muchos murieron en accidentes de trabajo o enfermedades, siendo abandonados sin asistencia alguna.

Serafín subraya la importancia de la educación para la comunidad. Apunta que gracias a ella los indígenas empezaron a conocer sus derechos y conquistaron mejores condiciones laborales. “Roguereko guive escuela roñepyrû romaña mombyryve”, dice en un guaraní que se ha impregnado y en muchos casos ha reemplazado a la propia lengua por efecto del éxodo y la impuesta necesidad de hacer changas en las estancias para sobrevivir. Mientras, nos muestra un pedazo de tierra limpiado para la escuela, donde asistirán unos 60 niños del preescolar hasta el sexto grado. “Péa omombarete ore lucha”, irrumpe Milciades González, profesor de la comunidad.

 

La sentencia

En 2010 una sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) había obligado al Estado paraguayo a devolver parte del territorio ancestral a la comunidad, la habilitación de un fondo de desarrollo y el pago de una indemnización por las muertes de niños acaecidas, según comprobó el tribunal, a raíz de las condiciones en que vivían, en total vulneración de sus derechos.

El plazo para el cumplimiento de la condena era de tres años, habiéndose otorgado una prórroga de un año, que venció en setiembre de 2014. Hasta ahora el Estado no ha devuelto las 10.700 hectáreas que manda la sentencia alegando un “déficit financiero”. Este pretexto es rechazado por la comunidad, que señala que de acuerdo a los datos que manejan el Instituto Paraguayo del Indígena (Indi) dispondría este año de un presupuesto de 86.000 millones de guaraníes.

La firma estancia Salazar, de Roberto Eaton y Stanley Mobsby, posee unas 44.000 hectáreas y presentó una oferta por 7.700 hectáreas a un precio total de 27.000 millones de guaraníes. Las 3.000 restantes están en poder de la cooperativa menonita Chortitzer, que ante el avance del caso creó en el lugar la reserva natural Laguna He’ê. Este es un subterfugio legal al que a menudo apelan los propietarios rurales para que determinados territorios sean declarados no aptos para asentamientos humanos, y por lo tanto inexpropiables, además de acogerse a exoneraciones fiscales. Sin embargo, los tratados internacionales en materia de derechos humanos están por encima de estas leyes y decretos, que no pueden obstruir el cumplimiento de disposiciones de rango constitucional, como es el caso de restitución territorial a indígenas.

“Ndoikói mba’eve ha upéare rojapo la ocupación ikatu haguãícha oje cumplí la sentencia. Mba’eve ndaipóri de parte del Indi, pero sí o sí oje cumplí vaerã la sentencia”, enfatiza Clemente Dermott, otro líder de la comunidad. Antes de reingresar a sus tierras, las aproximadamente 200 personas de la colectividad vivían a unos 18 km más adentro, en territorio de una comunidad angaité. Además de encontrarse fuera de su medio, las 1.500 hectáreas resultaban insuficientes para vivir y realizar sus actividades de subsistencia. Cercados por estancias privadas, ya no podían cazar ni recolectar ante el acoso de los guardias armados, que hasta hacían las veces de policía exigiendo documentos a los indígenas para transitar.

 

Los productos de la selva

Los miembros de la comunidad alternan los alimentos tradicionales, que cada vez escasean más por la deforestación, con los aceites, fideos o galletas que obtienen en sus empleos temporales en los establecimientos ganaderos. En cierta medida pueden aún hacerse del alimento a través de la recolección de algarrobo, miel, karanda’y, tuca, la pesca y la caza de guasu y kure kaaguy. También se proveen de sus medicamentos como el jasy’y, viñal, yegua de lucero, typycha kuratû, ysypo, mbokaja’i, entre otras especies. Refieren además que los rubros que cultivaban en el otro asentamiento no crecían por el calor y la falta de agua, pero que ahora esperan que esto cambie con el retorno a su genuino hogar.

Los sanapaná evocan especialmente la inmensa laguna que se encuentra dentro de la “reserva” menonita, que además de ser fuente de recursos alimenticios es un reservorio de agua en un ecosistema en que la mayor parte del vital líquido es salobre. De hecho, la formación de las lagunas de agua dulce es motivo frecuente en la narrativa chaqueña, en que las más de las veces las aguadas surgen a partir de la inmolación de algún miembro de la comunidad. Al menos por ahora los tajamares formados con la lluvia son el único manantial del que disponen.

 

La espera

La tarde avanza e intentamos ganarle de mano a la noche. Nos dirigimos al asentamiento 25 de Febrero, en el que aún permanecen algunas familias en custodia de las pertenencias de la comunidad, entre gallinas, vacas y un par de avestruces. “Rohoséma ko hína pero norohejaséi la ore róga. Apenas ojejogua la yvy rohóta”, dice Inocencia, la más anciana entre las mujeres que aguardan por la compra de las tierras para retornar.

Unas nubes negras empiezan a esbozarse en el cielo. El viento levanta la polvareda. Alzamos rápidamente unas cosas para llevar al campamento y Ricardo, de Tierraviva, acelera la marcha intentando infructuosamente ganarle a la lluvia. Un aguacero de unos pocos minutos bastó para que el camino hecho arcilla nos arroje a una quebrada.

Tras más de doce horas de maldormir sin provisiones y ante el ataque sin tregua de los mosquitos, al despuntar la claridad algunos faroles asomaron lentamente hacia el levante. Un tractorista nos remolcó hasta salir del empantanamiento y ya con las primeras luces de la mañana llegamos nuevamente al reducto. Allí nos reciben entre risas ante nuestra peripecia. “Oi porã avei pehasami la ore rohasáva todo el año ko Chaco-pe”, nos alienta el primero que sale a nuestro encuentro.

Al desandar el camino, tras un breve trecho empezó nuevamente la polvareda de la tierra blanca y seca. Era como si hubiera llovido solo sobre nosotros. Desde los árboles los loros nos ofrecían una bulliciosa despedida. Parecía que hasta se regodeaban un tanto de nuestra suerte.

Irrespeto a garantías judiciales y atentado a la seguridad jurídica de la República

Respuesta de Tierraviva a Comunicado de la Dra. Gladys Bareiro de Módica

 

Logo-tierraviva

Un elemento que hace a la paz y a la tranquilidad social tiene que ver, entre otras cosas, con la certidumbre sobre la finalización de un litigio, cualquiera sea este. El que tenga un final, es algo que interesa no solo a las partes, sino a toda la sociedad, es la manifestación por excelencia de lo que llamamos seguridad jurídica; el hecho de darle punto final a una cuestión ya resuelta y no volver a debatirlo, es lo que se llama también en derecho: Cosa juzgada.

Sin embargo, pese a la aceptación universal de este principio y la consecuente prohibición de doble juzgamiento que emana del mismo, para la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia de nuestra República esto no tiene vigencia, pues acaba de perpetrar uno de los mayores atentados a la seguridad jurídica de toda sociedad, al reabrir un caso que cuenta con una sentencia definitiva, afectando los derechos de la Comunidad Indígena Sawhoyamaxa.

La Ministra Bareiro, en un intento de explicar su grave apartamiento de la ley, expresa en su pronunciamiento del día de la víspera, que la acción admitida a trámite por ella el 29 de diciembre de 2014, como Presidenta de la Sala Constitucional, versa sobre el artículo tres de la ley de expropiación cuestionada (indemnización al propietario expropiado), distinto al que ocupo la atención de la Corte cuando analizó la primera acción resuelta el 30 de septiembre de 2014, omitiendo así su propia participación en aquel primer juzgamiento, que cuenta con su firma y sello,  en un fallo unánime que rechazó la misma pretensión que ahora es nuevamente deducida por las accionantes.

En aquella ocasión, la Dra. Bareiro, adhirió a la sentencia unánime de su sala, expresándose sobre el tema vuelto a plantear, en los siguientes términos: “…así mismo, se revela que está previsto el pago de una indemnización al propietario de las tierras expropiadas en las condiciones del Art. 109 de la C.N. En suma de la lectura de los artículos de la ley de expropiación cuestionada, y destacando que el presente caso trata de reivindicaciones de larga data de comunidades indígenas…que en estricta justicia, el tema en controversia ya no puede seguir sin una resolución definitiva. La ley cuestionada se revela como congruente a la consecución de ese fin” (Acuerdo y Sentencia N° 981 del 30 de septiembre de 2015, párrafo 9.1).

Por tanto, teniendo como evidencia su propia actuación, no podemos sino ratificar que la Ministra Gladys Bareiro de Módica está violando el principio de cosa Juzgada, permitiendo el menoscabo de garantías judiciales tan caras a los derechos humanos, con la reapertura de un debate procesal incompatible con criterios de justicia, que solo puede ser catalogado como un acto atentatorio a la seguridad jurídica de la República, que pone en riesgo la paz y tranquilidad social, en un caso que lleva más de 25 años de lucha para los indígenas enxet de la Comunidad Sawhoyamaxa, cuyos miembros tienen el derecho a vivir libremente en su territorio tradicional, sin volver a transitar un sendero de incertidumbre, que afecta a las posibilidades de configurar hacia el futuro una convivencia democrática, fundamentada en la credibilidad y respetabilidad del Poder Judicial.

En cuanto a “la amenaza a la independencia judicial” que la Ministra infiere de nuestro pronunciamiento anterior, solo nos resta decir, que la advertencia expresada, de denunciar su mal desempeño ante el Congreso de la República, es un derecho que tenemos y es la expresión genuina de la indignación que sentimos ante su ligereza y perjudicial actuación que pone en entre dicho los derechos de la Comunidad Indígena Sawhoyamaxa, que en su lucha reconoce como antecedente el testimonio comprometido de largos años de trabajo de nuestra Institución, por la reivindicación de derechos y la construcción de una institucionalidad estatal permeada por los principios y valores de derechos humanos, como genuino destino democrático que queremos para nuestro país.

 Asunción, febrero 25 de 2015

 Por la Coordinación Ejecutiva,

Abg. Julia Cabello Alonso

Por el Área de Casos y Litigios,

Abg. José Paniagua                     Abg. Ireneo Tellez                    Abg. Oscar Ayala A.

Para más información: Julia Cabello, 0982 344 034; Oscar Ayala A., 0971 284 292.

 

Comunidad Indígena Yakye Axa

Ayer, 24 de Febrero de 2015, una comitiva conformada por el INDI, MOPC y Tierraviva estuvo por el chaco para realizar una inspección y dar comienzo a los trabajos de apertura de camino e cual permitiría a la Comunidad indígena Yakye Axa mudarse de la ruta -donde aún continúa viviendo en condiciones muy precarias- a las tierras que el Estado adquirió para su asentamiento en 2012. Uno de los propietarios ganaderos por donde pasaría el camino impidió el acceso a la comitiva. Este es un obstáculo que no ha podido resolverse y que ha sido denunciado por Aministía Internacional en su informe anual: http://amnesty.org.py/lanzamiento-del-informe-anual-20142015/

La comunidad indígena Xákmok Kásek reocupó sus tierras ancestrales

El día de ayer la comunidad inígena Xákmok Kásek reocupó las tierras ancestrales que hace más de dos décadas reclama como suyas.

Ayer la comunidad, ubicada en el Departamento de Presidente Hayes, tomó la medida de reocupar sus tierras ancestrales: “cueste lo que cueste”. Con mucha esperanza y espíritu de paz, exigen recibir una respuesta y solución de parte del Estado a su reclamo territorial: para el bien de la comunidad pero principalmente para sus hijos e hijas como anunciaron ayer en un comunicado a la opinión pública.

 

Antecedentes

La comunidad indígena Xákmok Kásek, que en castellano significa “muchos loritos”, pertenece al pueblo Sanapaná. Hace varias décadas atrás comenzaron los trámites administrativos, a nivel nacional, para que le sean restituidas 10.700 hectáreas de sus tierras ancestrales. Ante la inacción del Estado, el caso pasó a instancias internacionales y en el año 2010 la Corte Interamericana de Derechos Humanos dictaminó por tercera vez una sentencia contra Paraguay por violar los derechos de los pueblos indígenas.

Las tierras reclamadas por Xákmok Kásek corresponden a un área de aproximadamente 10.700 hectáreas conformado por la zona conocida por la comunidad como Mopey Sensap (colibrí blanco) o más comúnmente conocida como Retiro Primero. Desde el año 2002, las tierras reivindicadas están divididas por dos estancias con propietarios distintos. La mayor fracción, de 7.000 has. aproximadamente, pertenecen a la empresa ganadera Eaton y Cía, y el resto a la Cooperativa Menonita “Chortitzer Komitee” que la obtuvo cuando Eaton se las vendió a fines del año 2002.

Hasta el año 2008, la comunidad resistió en una parte de sus tierras a pesar de todas las tensiones y maltratos sufridos. Luego, decidió mudarse a 1.500 has. cedidas solidariamente por otra comunidad indígena, Nepoxen. Más de 74 familias de esta comunidad se encuentran asentadas hace 7 años en un reducido espacio que viola nuevamente lo estipulado por ley (la Ley 904/81 Estatuto de comunidades indígenas establece  que la cantidad mínima de tierras para comunidades indígenas de la región chaqueña es de 100 hectáreas por familia).

Hace dos años se venció el plazo que tenía el Estado para cumplir con la sentencia de la Corte IDH y a pesar de que parte de las 10.700 hectáreas del reclamo han sido ofertadas por uno de los propietarios del título de las tierras, el Estado no realizó las diligencias correspondientes para hacer efectiva la restitución. Fenecidos los plazos razonables y la prórroga, el Estado debería estar pagando una multa mensual a la comunidad.

El año pasado el Instituto Paraguayo del Indígena recibió la carta oferta de uno de los propietarios del título de las tierras reclamadas por la comunidad  indígena Xákmok Kásek. A pesar de las negociaciones y formalidades administrativas que se llevaron a cabo, no se concretó la compra. A fin de 2014, preocupadas por el negligente  accionar del INDI, las comunidades indígenas Sawhoyamaxa y Xákmok Kásek realizaron un comunicado para expresar la falta de diligencia de parte de esta institución.

Actualmente, tras décadas de lucha, esta podría ser la única oportunidad de restituir las tierras a la comunidad, su dueña ancestral y originaria pero el Estado aún continúa comportándose como prófugo de la justicia tal como fue descrito por la Corte IDH hace algunos años.

 

Resumen de la sentencia (Resumen Corte IDH, 2010)

En 2010, la Corte IDH encontró responsable internacionalmente a Estado por:

-La falta de garantías del derecho de propiedad comunitaria, las garantías judiciales y la protección judicial

-La violación a los derechos a la vida, integridad personal, reconocimiento de la personería jurídica, los derechos del niño

-Y por incumplimiento de no discriminar.

 

Mapa

Mapa de Topónimos y puntos geográficos de la comunidad Xákmok Kásek

 

 

Comunicado a la opinión pública de la comunidad indígena Xákmok Kásek

Comunicado a la opinión pública nacional e internacional

Desde la comunidad indígena Kákmok Kásek del Pueblo Sanapaná ubicada en el departamento de Presidente Hayes, Distrito de Puerto Pinasco, del Chaco paraguayo.

 

Esta comunidad hace más de 25 años ha iniciado los trámites de rigor para poder restituir una parte de su territorio ancestral. En el año 2010, hemos logrado una herramienta más, conseguimos que la Corte IDH sentenciara al Estado paraguayo por violar nuestros derechos como pueblo originario, principalmente por la no restitución de nuestra tierra ancestral.

Desde aquel entonces, ya han transcurrido los 3 años que la Corte IDH dió como tiempo para que el Estado Paraguayo acatara la sentencia y posteriormente se le dio 1 año de prórroga al Estado paraguayo, la cual terminó el año pasado en el mes de septiembre.

Actualmente, el Estado Paraguayo no ha demostrado voluntad de cumplir lo que está establecido en la sentencia, concretamente la devolución de nuestra tierra ancestral.

 

Por lo tanto:

Ante un hecho histórico, durante todo este tiempo de lucha, por primera vez el año pasado, el propietario actual de las tierras reivindicadas ha ofertado las tierras al Estado paraguayo completando los requisitos exigidos administrativamente. No obstante, en el 2014 el INDI supuestamente por déficit financiero no pudo concretar el pago.

A raíz de esto, la comunidad ha resuelto realizar la reocupación para que el Estado paraguayo concrete el pago de nuestra tierra, sin utilizar excusas baratas.

Exigimos a las autoridades nacionales del Estado: La solución de este problema

Pedimos a la sociedad organizada y en especial a los representantes, dirigente de organizaciones: que se adhieran a esta lucha porque es una lucha justa, se trata de la restitución de tierra ancestral.

No retrocederemos a esta medida adoptada, cueste lo que cueste pues somos conscientes que el pago por esta tierra solo depende de la voluntad política del Estado paraguayo.

Con la esperanza y el espíritu de paz, durante toda esta lucha aguardamos una solución definitiva por el bien de esta comunidad y principalmente por nuestros hijos e hijas.

Saludos y abrazos,

Miembros de la comunidad Xákmok Kásek

23 de febrero de 2015.

 

 

Teléfonos de contacto:

Clemente Dermott, Líder: 0975-330780

Gerardo Larrosa, promotor de salud: 0983-137285

 

(Transcripción del comunicado realizado por la comunidad indígena Xákmok Kásek en sus tierras ancestrales durante las primeras horas de la reocupación)

Corte Suprema de Justicia viola garantías judiciales admitiendo doble juzgamiento en caso Sawhoyamaxa

La Presidenta de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, Dra. Gladys Bareiro de Módica, violando el principio de cosa juzgada y la consecuente prohibición de doble juzgamiento, admitió a trámite el 29 de diciembre de 2014, por segunda vez, una acción de inconstitucionalidad de las empresas Kansol S.A. y Roswell Company S.A., propiedad del latifundista Heribert Roedel, a quien se le expropió 14.404 hectáreas para la Comunidad Indígena Sawhoyamaxa, mediante la Ley 5194/2014, en cumplimiento de un fallo de 2006 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Como es de público conocimiento, la Corte Suprema de Justicia se pronunció, rechazando por unanimidad la acción de inconstitucionalidad promovida por las  citadas firmas, en virtud del Acuerdo y Sentencia N° 981, el 30 de septiembre de 2014, con lo cual la constitucionalidad y plena vigencia de la ley quedó fuera de discusión; sin embargo, el mismo tribunal, dispone ahora un nuevo juzgamiento, situación que solamente puede explicarse desde la venalidad y corrupción, ó la negligencia extrema, porque desde el derecho es imposible.

El principio procesal de la cosa juzgada (o res iudicata), así como la prohibición de doble juzgamiento (o non bim is idem), en cuya virtud toda persona tiene la garantía que las decisiones judiciales definitivas adoptadas sobre su caso no pueden ser objeto de un nuevo debate judicial, constituye una de las manifestaciones más importantes de la seguridad jurídica que debería ser preservada y no violada de una manera tan flagrante como lo hace la Ministra Bareiro de Módica, erosionando aún más la credibilidad de la justicia y comprometiendo de una manera vergonzosa la responsabilidad internacional del Paraguay ante la Corte IDH, instancia que en estos momentos está supervisando el cumpliendo de las medidas de reparación ordenadas a favor de los enxet de Sawhoyamaxa.

Ante este grave hecho, Tierraviva, como institución de las sociedad civil ocupada en la promoción y defensa de los derechos indígenas, así como en la construcción de una institucionalidad respetuosa de los principios y valores de derechos humanos advertimos, que si la Corte Suprema de Justicia no revoca por contrario imperio la ilegal providencia dictada para dar trámite a la pretensión espúrea de las empresas citadas, procederemos a denunciar a la Ministra Gladys Bareiro de Módica ante el Congreso, solicitando su juzgamiento y separación del cargo por mal desempeño en sus funciones, expresado en el desconocimiento de la ley y la parcialidad manifiesta que exhibe con total desparpajo en esta ocasión.

Asunción, febrero 23 de 2015

 

Por la Coordinación Ejecutiva de Tierraviva,

Abg. Julia Cabello Alonso

Por el Área de Casos y Litigios,

Abg. José Paniagua                     Abg. Ireneo Tellez                    Abg. Oscar Ayala A.

 

 

Para más información: Julia Cabello, 0982 344 034; Oscar Ayala A., 0971 284 292.

El explorador rescatado por Viggo Mortensen

El actor, en su faceta de editor, presenta ‘Hijos de la selva’, sobre el etnógrafo Max Schmidt y sus fotos de las gentes del Matto Grosso y el Chaco

JACINTO ANTÓN Barcelona 19 FEB 2015

 

¿Qué tienen en común Aragorn, hijo de Arathorn, y Diego Alatriste con el flacucho, patoso y desgraciado antropólogo alemán Max Schmidt, muerto en el olvido en Asunción (Paraguay) en 1950, rodeado de los ñandúes que criaba y enfermo de lepra? La respuesta es: Viggo Mortensen. El famoso actor que interpretó en la gran pantalla a los dos valientes literarios ha sido decisivo en el rescate de Schmidt, “un verdadero antihéroe”, dice, al publicar en su editorial (Perceval Press) Hijos de la selva, un libro de gran formato que recupera la memoria del etnólogo y explorador y a la vez ofrece una selección de sus sensacionales fotografías etnográficas, realizadas especialmente durante su trabajo de campo entre las poblaciones indígenas del Mato Grosso brasileño y el Chaco paraguayo.

Mortensen presentó ayer en Barcelona el libro del que es editor junto con los dos autores del mismo, los antropólogos Federico Bossert y Diego Villar, que han investigado de manera concienzuda la vida y la obra de Schmidt para ofrecer una panorámica de la vida y la obra de un personaje sensacional inmerecidamente desconocido. El acto tuvo lugar, con la previsible expectación que despierta la presencia del actor, en el Museo Blau, la sede del Museo de Ciencias Naturales de Barcelona. Actuó de maestro de ceremonias el arqueólogo, naturalista y también explorador Jordi Serrallonga, que colocó la figura de Schmidt a la altura de grandes como Alexander von Humboldt, Darwin y Alfred Wallace, nada menos, o modernos colosos de la antropología como Malinowsky y Margared Mead.

Viggo Mortensen, zapatos gastados, camisa tejana y americana, muy atractivo (incluso en la distancia corta: esos ojos grises destellantes y esa pequeña cicatriz sobre el labio), se mostró condescendiente con el interés que despertó su persona (una joven periodista no dejaba de suspirar y murmurar “qué guapo” mientras tomaba notas) y se dejó retratar con paciencia aunque recalcó que él no era ni mucho menos el protagonista real de la cita: “Yo no escribí el libro, solo lo edito”. Explicó que Bossert y Villar le propusieron editar el volumen y que proyectan hacer otros dos en común, también de tema antropológico. “El Museo Etnográfico Andrés Barbero de Asunción guarda el legado de Schmidt y fuimos allí a ver a ver qué había. Él murió de lepra y la gente, por ignorancia y aprensión, para evitar el contagio, quemó buena parte de sus pertenencias, cuadernos de campo, mapas, objetos etnográficos, textiles, pero quedaban cosas y fue muy emocionante tocar las placas de vidrio fotográficas, extrayéndolas de sus viejas cajas de madera”. De hecho, me contaron luego Bossert y Villar, en la última época, muy patética, de Schmidt, le daban la comida empujándola con un palo. Mortensen continuó: “Yo no soy un científico, publico libros de arte, de fotografía, de poesía. Miraba esas extraordinarias, bellísimas fotos de Schmidt y entendía que tienen un interés científico, pero también que son arte. La idea ha sido hacer un libro con valor artístico tanto como académico”.

El actor califica las fotos de “increíbles” y destaca sobre todo los “hermosos retratos”, que le recuerdan el trabajo con los indígenas norteamericanos de Edward Curtis. La selección de fotografías, a medias entre el actor y los antropólogos, ofrece la doble mirada del interés académico y el gusto artístico. Entre las fotos hay varias en las que aparece el propio Schmidt, una figura escuchimizada y frágil. El mismo Mortensen envolvió las frágiles placas en trapos y las llevó a EE UU para realizar las nuevas copias con la mejor resolución digital.

 

“Se podría hacer una película muy conradiana con sus aventuras”

El intérprete de Promesas del Estedestaca que en Schmidt hay junto a la parte científica “una aventura vital con algo novelesco y conradiano”, que queda recogida también en el libro. “Fue un pionero de ir a los lugares, de tratar con la gente. Hay una cosita linda” –al expresarse así el actor hubo un cruzar de miradas rendidas en la sala- “y es que a esas gentes no las miraba con superioridad ni prejuicios”. Al respecto, leyó un texto del etnógrafo: “Cuántas veces sentí envidia de los indios al comprobar su superioridad física respecto de los europeos, al verlos meterse en la selva llena de espinas, completamente desnudos, sin salir siquiera rasguñados”. “Los ve como iguales e incluso como superiores”, constató.

Mortensen siente un gran respeto y admiración por Schmidt, “este señor humilde y solitario, con sus cuadernos, sus colecciones, en un ambiente de paz y aceptación, que parece haber sido en cierta manera feliz; me da una cierta envidia la sencillez de su vida”. En la lápida de Schmidt en un cementerio de Asunción reza: “Per silvas pro homines et scientia”, “fue a las selvas por los hombres y la ciencia”, un hermoso y envidiable epitafio.

Villar por su parte subrayó el papel pionero de Max Schmidt (Altona, 1864-Asunción, 1950) en la historia de la antropología, en el pasaje de la ciencia de gabinete a la disciplina moderna. Y lo comparó con el “prepotente” Malinowsky. “Lo que este hizo lo había hecho Schmidt veinte años antes, pero Schmidt quedó relegado. Quizá por ser alemán, porque se enraizó en Paraguay, porque no sabía venderse a sí mismo, y era desgarbado, flacucho, la antítesis del héroe explorador”. La carrera de Schmidt se esencializa en sus tres viajes al Xingú brasileño a principios del siglo XX y su trabajo luego en el Chaco. Por lo visto el hombre era realmente un cenizo, lo que también nos lo aproxima más. “Padecía malaria crónica, aparte de la lepra, iba con expediciones minúsculas, casi solo, se le hundía la canoa, le picaban todos los mosquitos, le mordían las pirañas y las víboras, La gente de la selva a menudo le quitaban sus escasas posesiones…”. Nunca accedió a los círculos académicos de prestigio. “Y sin embargo el suyo es un legado que era vital recuperar”.

 

“A la gente que retrataba no la miraba con superioridad ni prejuicios”

Bossert apuntó que el gran valor de las fotos de Schmidt es no solo que muestra una visión prolongada de la vida en el Mato Grosso y el Chaco sino la transformación experimentada por esa vida. Recordó que Schmidt pertenecía a una tradición etnográfica alemana que creía fundamental preservar la memoria de las formas de vida indígena. “Aunque él nunca la idealizaba”.

Sería cenizo, Schmidt, pero tenía reaños. Encantó a los guerreros bacairis del río Curisevo tocando el violín. “Fue de los primeros exploradores en entrar en ciertas zonas del Mato Grosso y de hecho estuvo en los lugares en que se perdió el famoso coronel Fawcett”. Detrás de las exploraciones e investigaciones de Schmidt “hay una historia más personal”. La del anhelo íntimo de entrar solo en la selva y fundirse con ella y sus gentes. Se lkanzaba desnudo al agua con ellos, y se tatuaba. Ese camino fue también “una sucesión de fracasos”, que convierten a nuestro etnógrafo en una figura quijotesca. Hay muchos enigmas en Schmidt. Se marchó de Alemania poco antes del ascenso de Hitler y Mortensen y los dos antropólogos creen que no es difícil suponer que su visión de los otros pueblos le hacía completamente opuesto al paradigma racista nazi. Pero no hay evidencias de sus opiniones al respecto.

Dada la fascinación del actor con Schmidt una pregunta era ineludible: ¿no va a haber película? “Es un personaje increíble, hermoso, agradezco mucho que hayamos podido rescatar esta figura valiosa; su peripecia es muy interesante, con esos viajes, esas experiencias terribles y torpes, son cosas de cuento y, claro, de película, podría serlo, una película muy conradiana. Le regalé el libro al director Lisandro Alonso, con el que he hecho Jauja. Le gustó mucho, creo que habla de hacer algo, pero, conociéndolo, no será una cosa muy académica. En fin, de momento no hay planes de película. Schmidt sería un buen objeto para un documental”.

Preguntado por su interés por el antropólogo, Mortensen dijo que considera una misma cosa todos los medios artísticos en que se mueve, la actuación, la edición, la escritura, la pintura. Y que la creación en 2002 de Perceval obedeció a que “me gustan los libros” y “quería editar cosas que no se publicarían sino lo hiciera yo”. En Viggo Mortensen hay, además, un explorador frustrado. Según me contó admira a Nansen y a otros grandes descubridores escandinavos –no en balde tiene raíces danesas-. De joven incluso soñó con cruzar Groenlandia en solitario. Al menos él, si no ha sido un héroe y un explorador ha podido, feliz mortal, encarnarlos o rescatarlos.

Nueva audiencia preliminar en el caso Quesnel

Por quinta vez se convocó para una nueva la audiencia preliminar del caso que involucra Rubén Quesnel, ex presidente del Instituto Paraguayo del Indígena (INDI), procesado por el robo de más de 3.000 millones de guaraníes, monto que debía ser utilizados en proyectos de desarrollo para las comunidades indígenas de Yakye Axa y Sawhoyamaxa.

Este acto judicial se realizará mañana a partir de las 9:00 hs. en el Juzgado Penal de Garantías Nº 9, a cargo de la jueza María Griselda Caballero. Durante la misma se determinará si la causa se eleva a juicio oral y público como pretenden el Ministerio Público y la querella adhesiva, conforme a sus respectivas acusaciones.

Además de Quesnel en este caso están procesados Oscar Viera, presidente de la ONG Reforeas Par, Marlene Mendoza, ex administradora del INDI, y Ever Otazó, ex funcionario de la misma institución, acusados por la comisión de los hechos punibles de lesión de confianza y apropiación, tras detectarse la desaparición de unos 3.127.191.527 de guaraníes. Este dinero debía ser utilizado para dar cumplimiento a dos sentencias de la Corte IDH a favor de las comunidades indígenas Yakye Axa y Sawhoyamaxa del pueblo Enxet, de los años 2005 y 2006, respectivamente.

La Corte IDH había condenado al Estado paraguayo por la violación de los derechos humanos de las comunidades y sus miembros, entre ellos a la vida y la propiedad colectiva sobre las tierras ancestrales.

Según la acusación presentada por la Fiscalía, entre los meses de enero y febrero de 2011, los imputados sustrajeron de manera irregular y se apropiaron de la mencionada suma de dinero que estaba depositado en dos cuentas en el Banco Nacional de Fomento. El hecho fue denunciado en setiembre de 2013 por el actual presidente del Indi, Jorge Servín.

 

Chicanas

Desde el año pasado el Ministerio Público, los miembros de las comunidades afectadas y los abogados de la ONG Tierraviva, que ejercen la querella adhesiva, fueron convocados en cuatro ocasiones para una audiencia preliminar que posteriormente fueron suspendidas.

Los abogados de los procesados evitaron la realización de las audiencias con argumentos sobre la falta de acceso a los expedientes hasta la presentación de certificados médicos sobre supuestas enfermedades de los acusados. Asimismo, el juez Oscar Delgado, quien inicialmente atendió este caso fue recusado por la defensa de una de las acusadas, acción que derivó en la separación del caso del juez Delgado y la posterior designación de la jueza Griselda Caballero.

Comunicado a la opinión pública

INDI pone en riesgo el cumplimiento de sentencias de la Corte IDH en dos importantes casos (Sawhoyamaxa y Xákmok Kásek) al no ejecutar su presupuesto.

 

Al respecto, los líderes de las Comunidades Sawhoyamaxa y Xákmok Kásek, junto a nuestros abogados de la Institución Tierraviva, manifestamos cuanto sigue:

  1. Nuestra creciente preocupación por la no concreción, ni del pago de la indemnización por la expropiación a favor de Sawhoyamaxa, de las 14.404 hectáreas; ni de la adquisición de las 7.701 hectáreas a favor de Xákmok Kásek (parte de las 10.700 hectáreas que deben ser restituidas), que deben ser tituladas a nombre de las mismas en cumplimiento de las sentencias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) de 2006 y 2010, respectivamente.
  1. Asimismo, expresamos nuestro profundo malestar e indignación por la falta de seriedad en la definición de la resolución de los casos. En numerosas reuniones, el INDI se ha comprometido con nuestras comunidades, donde expresamente se le solicitaba que sean superadas las meras declaraciones políticas para concretar la definitiva resolución. Sin embargo, hoy es el día que las prioridades de resolución quedan indefinidas.

 

  1. En efecto, el 11 de junio fue promulgada la Ley 5194/2014 por la cual se expropió unas 14.404 hectáreas a favor de la Comunidad Indígena Sawhoyamaxa, y según el compromiso públicamente asumido por el Presidente del INDI, el pago de la indemnización, como último paso antes de la formalización del título comunitario a favor de la Comunidad, se realizaría este año; sin embargo, de manera inconsulta, el INDI decidió postergar dicho cumplimiento, so pretexto de la negativa de las empresas expropiadas a aceptar el pago y la acción de inconstitucionalidad promovida por las mismas, que a la fecha ya están resueltas favorablemente, obviando la consignación judicial del monto indemnizatorio, como alternativa para no perder los recursos disponibles en el presupuesto del presente año.

 

  1. Asimismo, el INDI inició una negociación sobre unas 7.701 hectáreas que deben ser restituidas a la Comunidad Indígena Xákmok Kásek, respecto a las cuales ya existe un acuerdo de todas las partes, y con las formalidades administrativas concluidas, sin que tampoco este caso se haya enviado a la Dirección General de Contrataciones Públicas para los trámites finales de rigor.

 

  1. Es por ello, que ante la falta de una debida diligencia, respecto a estos dos casos, estamos ante la inminente pérdida de más de diez millones de dólares del presupuesto general de gastos del corriente año, correspondiente al INDI, a raíz de la falta de ejecución de los mismos, siendo el titular del ente, Jorge Servín, el responsable de estas circunstancias que comprometen la solución definitiva de las reivindicaciones de Sawhoyamaxa y Xákmok Kásek, y agravan la inseguridad jurídica de las familias indígenas.

 

  1. Finalmente, ante esta delicada situación, hacemos un llamado a las demás autoridades gubernamentales, a fin de impulsar y articular las acciones pertinentes para que el INDI resuelva estos casos, cuya falta de diligencia resulta notoria, comprometiendo, una vez más, la responsabilidad internacional del Estado ante la Corte IDH y, postergando la solución a una larga lucha por los derechos territoriales de las Comunidades Sawhoyamaxa y Xákmok Kásek, en un contexto propicio, dado los importantes avances logrados, que hoy están en riesgo de perderse para frustración de las comunidades y vergüenza del Estado ante la Comunidad Internacional.

 

Asunción, diciembre 12 de 2014

 

Carlos Marecos, líder de Sawhoyamaxa; Clemente Dermott, Serafín López, Maximiliano Ruíz y Gerardo Larrosa, miembros de Xákmok Kásek; José Paniagua,  Ireneo Tellez  y Julia Cabello, abogados, representantes convencionales de las comunidades indígenas de Sawhoyamaxa y Xákmok Kásek y miembros del equipo jurídico de Tierraviva.