25 / Abr / 2014

Cuyabia: Los hijos e hijas de la comunidad

Por Maximiliano Mendieta Miranda*

Cuyabia es el nombre de una comunidad del pueblo indígena Ayoreo que vive en unas 25.000 hectáreas de su territorio ancestral, en el distrito de Mcal. Estigarrabia del Chaco paraguayo.

Las familias de Cuyabia viven en una profunda conexión con sus tierras, bosques y recursos naturales, elementos esenciales de su cultura para ser libres y sobrevivir como pueblo. Algunas de las actividades de la comunidad consisten en la caza, recolección y artesanía, independientemente a su forma de vida colectiva, que se centra en la vida comunitaria.

En Cuyabia, los hijos y las hijas, no son sólo de sus padres y madres, sino, literalmente, de la comunidad. Es por eso que los niños y las niñas tienen el privilegio que les brinda su cultura de contar con varias madres, padres, hermanos, hermanas así como contar con la formación decisiva por parte de los ancianos y las ancianas, quienes muestran el camino de la sabiduría y la dignidad.

La existencia de la comunidad Cuyabia es fundamental para entender el concepto de Resistencia. Esto es así teniendo en cuenta que la comunidad Cuyabia – así como tantas otras comunidades indígenas – es un ejemplo de oposición a la acción de la fuerza del modelo político-económico paraguayo construido a través de una burguesía empresarial y agro-ganadera, funcional a una clase política de derecha que hasta ahora gobierna el país.

Cuyabia es la única comunidad indígena de la zona rodeada de estancias que hoy se asientan en lo que antes era (y sigue siendo) territorio tradicional del pueblo Ayoreo. Así también, Cuyabia debe resistir al monocultivo de la soja que ahora también, se profundiza en el Chaco paraguayo, con todas las implicancias nocivas que ésta significa para la salud, la vida y la permanencia en sus tierras.

En el contexto de la resistencia también, luego del golpe de Estado ocurrido en Paraguay, en junio de 2012, perpetrado por los partidos políticos tradicionales y de derecha, Rubén Darío Quesnel, una persona sin experiencia, compromiso e idoneidad en relación con los pueblos indígenas, fue designado como titular del Instituto Paraguayo del Indígena (INDI), por el Presidente de-facto Federico Franco.

Quesnel, en un acto casi sin precedentes en el INDI, vendió las tierras de Cuyabia a una particular, con las familias viviendo adentro, transgrediendo flagrantemente no sólo la Constitución Nacional de la República del Paraguay, sino violando derechos humanos fundamentales de las familias de Cuyabia que se subsumen en los hechos punibles de Lesión de Confianza y Abandono. En ese contexto, estos delitos no sólo violan los derechos de la comunidad en relación con sus tierras como patrimonio, sino que vulneran sus vida, su integridad cultural y física.

Así las cosas, luego de un largo camino de lucha del pueblo Ayoreo en el contexto de las manifestaciones y movilizaciones así como de una querella adhesiva y proceso que formulamos como representantes convencionales de la comunidad, el Ministerio Público, a través de la Fiscala Alba Delvalle, imputó y acusó a los y las responsables. Las personas que se encuentran acusadas y que deberán afrontar un juicio oral y público son Rubén Darío Quesnel, la compradora ilegal Julia Beatriz Vargas Meza y la escribana Justina Maribel Esteche Bareiro.

Si bien todavía no existe fecha de juicio oral y público, la comunidad está expectante en que se haga justicia en la jurisdicción penal paraguaya, independientemente que para la justicia indígena, la comunidad jamás pensó salir de sus tierras ancestrales ni piensa salir, aunque actualmente sigan resistiendo superposición de títulos, depredación, deforestación y apropiación de los recursos naturales de sus tierras.

 

* Abogado, defensor de Derechos Humanos.
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