Por Lorna Quiroga*
Luego de largos años de lucha, habiendo sido despojados de sus tierras y viviendo en precarias condiciones al costado de la ruta, la comunidad indígena Sawhoyamaxa recuperó sus tierras.
Esperaron pacientemente 20 años, transitaron la pesada burocracia nacional y sin encontrar respuesta recurrieron al sistema interamericano de Derechos Humanos para que en el 2006 la Corte IDH sentenciara al Estado paraguayo por violar los derechos de la comunidad, pero recién este año el congreso trató y sancionó por unanimidad la ley de expropiación de tierras a su favor. Hoy, la comunidad junto a otras organizaciones marcharon por el centro de Asunción, donde hacía 10 días estaban acampando en vigilia permanente hasta que el presidente firmara. Finalmente, todos y todas festejaron la promulgación de la Ley, ahora las tierras vuelven a sus dueños originarios, la comunidad indígena Sawhoyamaxa del Pueblo Enxet Sur.
La perseverancia de su lucha constituye un ejemplo de la resistencia de los Pueblos Indígenas que a pesar de ser olvidados por sus Estados, se mantienen firmes exigiendo que se respeten sus derechos y se restituyan sus tierras ancestrales, por eso, hoy “la victoria es para todos“, como decía Eriberto Ayala, miembro de la comunidad.
Por encima de los intereses económicos y particulares, se respetaron los derechos de los Pueblos Indígenas y se aprobó la Ley 5.194 que declara de interés social y expropia las tierras a favor de la comunidad indígena Sawhoyamaxa. Rebosantes de alegría la comunidad gritó: “Viva Sawhoyamaxa, vivan los Pueblos Indígenas!” y agradeció públicamente a todas las personas que acompañaron y se acercaron en el día de hoy a compartir su felicidad recordando además a quienes ya no están: “este es un momento histórico para Sawhoyamaxa, no podemos olvidarnos de aquellos hermanos nuestros que están enterrados al costado de la ruta”, decía Eriberto Ayala.
Por su parte, Aparicia González, rememoró todo el sufrimiento por el que pasaron y la valentía de todas las mujeres de su comunidad que se atrevieron a entrar nuevamente a sus tierras hace un año atrás sin pensar por un segundo en retroceder y volver a vivir sobre la ruta donde ya no tenían futuro. Sawhoyamaxa resistió por la fortaleza de estas mujeres que no han dado ni un paso atrás en la lucha por lo que es justo, siempre pensando en que el mejor legado para sus hijos e hijas serían sus tierras ancestrales, allí donde está su historia, su cultura, su vida.
“A pesar de tantos años de sufrimiento ahora demostramos que el derecho indígena es superior a cualquier derecho o interés comercial. Ahora pudimos recuperar nuestra tierra, ahora le pedimos al gobierno que den los recursos para que nos desarrollemos como comunidad. Finalmente y para estar totalmente felices como comunidad, le exigimos al gobierno la inmediata transferencia del título de propiedad a nombre de Sawhoyamaxa” decía Eriberto Ayala al volver del Palacio de los López con la Ley promulgada en la mano de su su líder, Carlos Marecos.
¡Viva la Comunidad Indígena Sawhoyamaxa del Pueblo Enxet!
Oscar Ayala, Abogado de la comunidad y miembro de Tierraviva: “A los héroes y heroínas de Sawhoyamaxa que ya no están, que iluminaron con sus vidas los primeros años de esta larga lucha, como: Teresio González, Pedro Fernández, Severa Benítez y Mario Florentín, mi especial reconocimiento y gratitud así como a los actuales miembros de la Comunidad, por la confianza con la cual nos han distinguido siempre, a quienes hacemos parte de Tierraviva – a los pueblos indigenas del Chaco, en los momentos más difíciles de las últimas dos décadas. Para ellos, a modo de breve homenaje, lo dicho por uno de los jueces de la Corte IDH: “No podría dejar de rendir, en este Voto Razonado un reconocimiento al sufrimiento de las víctimas silenciosas del presente caso de la Comunidad Sawhoyamaxa, -así como del anterior caso congénere de la Comunidad Yakye Axa,-y evocar, en particular, la memoria de los inocentes que perdieron su vida en la vera de una carretera, y al dolor de sus familiares que sobreviven, en la vera de la misma carretera, en la miseria impuesta a ellos por la codicia y avaricia humanas” (Voto Razonado del Juez A.A. Cancado Trindade, sentencia del 29 de marzo de 2006 la Corte Interamericana de Derechos Humanos).
¡Honor y gloria a los Pueblos que luchan!”