10 / Feb / 2018

Población originaria e indígena del Paraguay

“Desde los más antiguos tiempos el territorio actual de Paraguay ha sido habitado por etnias que forman dos grupos notablemente diferentes, que sólo la construcción de una nación moderna ha unido dentro de sus fronteras. Los dos grupos se identifican al mismo tiempo con dos sistemas ecológicos profundamente diferenciados; en la región oriental, a la  derecha del río Paraguay, selva subtropical húmeda; a la izquierda, el Chaco, pampas y  llanos xerófilos, con relativa escasez de agua. En el oriente, pueblos agricultores de filiación  guaraní; en el occidente, tribus, convencionalmente, llamadas pampeanas, recolectoras y  cazadoras. Esta presentación muy sumaria es fundamentalmente aceptable. […] Desde el  punto de vista antropológico ha prevalecido la determinación por el criterio de la lengua,  que es el más seguro. Los Censos del Paraguay que han contemplado a los indígenas, los  de 1981, 1992 y 2002, han asumido esa división lingüística como la más apropiada y operativa.” (Melià 2002)

 

 

Actualmente, la población indígena que habita dentro de las fronteras del Paraguay está compuesta por 19 pueblos indígenas que pertenecen a 5 familias linguisticas con una población total de 112.848 personas (DGEEC 2013).
Se ha definido y agrupado a los pueblos indígenas según su relación con cinco familias lingüísticas[1] que se distribuyen en ambas regiones del país. Sin embargo, existen varios pueblos transfronterizos que mantienen, a pesar de las divisiones políticas de los países, intercambios constantes con otras comunidades haciendo uso de su territorio ancestral. Este es el caso de varios pueblos de la familia lingüística Guaraní y de los grupos de indígenas Ayoreo en asilamiento voluntario.
Según Zanardini, “existen varios criterios para clasificar a las etnias indígenas: criterios raciales, criterios migratorios y criterios lingüísticos“, el que se ha utilizado desde el primer censo fue el de familias lingüísticas propuesto por Chase-Sardi y Susnik.

Zamuco: Ayoreo, Yshir, Tomaraho.
Mataco: Nivaclé, Maká, Manjui
Enlhet-Enenlhet (Maskoy): Enlhelt, Enxet, Guaná, Sanapaná, Angaité, Enenlhet (Toba Maskoy), Maskoy.
Guaicurú: Qom
Guaraní: Guaraní Occidentales, Guaraní Ñandeva, Paĩ Tavyterã, Mbyá, Avá Guaraní, Aché.
 

Distrinución histórica de las poblaciones indígenas según familia lingüística (Zanardini y Biederman 2001)[2]

Desde los primeros contactos, los pueblos indígenas fueron adquiriendo, a través del tiempo, distintas formas de ser denominados, muchas de las cuales persisten y conviven con las actuales autodenominaciones. “Es bien conocido que los pueblos indígenas suelen tomar, para autodesignarse, la palabra que en su lengua significa ´hombre´ o gente verdadera y auténtica” como el Mbyá (gente), los Ava (hombres) o Aché (personas) (Melià y Grunberg 2008:105). Según Melià y Grunberg, “por ser una denominación particular dentro del complejo cultural guaraní, ella reflejaría ya una conciencia de un proceso histórico distinto y separado con respecto a otros pueblos guaraníes. El caso contrario es el del pueblo Paĩ Tavyterã quienes se autodenominan como pobladores del centro de la tierra, “habitantes del paraíso para dirigirse la palabra” (Melià y Grunberg 2008:53).

Complejizando un poco este consecusión de denominaciones sobre un mismo sujeto colectivo, consideramos junto al antropólogo Richard (2008) que la historia de los nombres de los pueblos indígenas es sin duda la historia de la alienación y los malos entendidos, principalmente entre misioneros e indígenas. A pesar de que actualmente las autodenominaciones hayan logrado cierto poder emancipador para los pueblos indígenas, no han dejado de dar cuenta de la disputa por tener derecho a enunciarse así mismo. La alternancia (basculement) que sufrieron las formas de denominar a los pueblos indígenas puede observarse hasta hoy en día en la convivencia sin contradicciones de distintos nombres para un mismo pueblo indígena; un ejemplo más de ello es el mapa anterior (más arriba) y cómo los registra a su vez la DGEEC. Este fenómeno ocurrió simultáneamente en todo el Gran Chaco donde “el sujeto indígena, siempre colectivo y siempre igual a él mismo, atravesará una densa jungla de denominaciones erróneas y de nombres alienantes a ganar” que al final de la historia le darán el derecho a enunciarse a él mismo con “su propio nombre, su nombre propio” (RICHARD 2008:29).

Este documento utilizará las denominaciones brindadas por la DGEEC reemplazando las autodenominaciones registradas de algunos pueblos indígenas, por ello la necesidad de introducir brevemente una reflexión crítica sobre esta práctica colonizadora de nombrar y renombrar lo conquistado. De estar manera, se encontrará en vez de Ybytoso, Yshir, Toba Qom al pueblo Qom, en vez de la familia linguística Maskoy, la Enlhet-Enenlhet siguiendo a Kalish y Ulru, etc.

Según la Dirección General de Estadísticas Encuestas y Censos (DGEEC), se registró un “crecimiento sostenido de todas las etnias que componen los pueblos indígenas” (DGEEC 2013) (ver cuadro abajo) principalmente, esto se debe a una mayor cobertura por parte del Estado a la hora de hacer los censos.

En Paraguay habitan 112.848 indígenas, 58.375  son varones y 54.473 mujeres, que subsisten en 531 comunidades, 241 aldeas y 54 núcleos familiares[3]. El pueblo Mbya Guarani es el de mayor población y el más extendido en términos de ocupación territorial, seguido por el Ava Guaraní y luego el Nivaclé entre los pueblos de mayor cantidad de población. Los pueblos Ayoreo, Guaraní Ñandeva, Guaraní Occidental, Qom, Aché, Maká, Yshir, por otra parte, presentan una proporción muy similar de población aunque menor a los anteriormente nombrados. Por otra parte, los pueblos Guaná, Tomaraho y Manjui se encuentran proporcionalmente con menos de 1% de población a comparación con los otros pueblos, esto en palabras de la DGEEC significaría que “de no tomarse medidas oportunas, la disminución de estos pueblos podría acentuarse peligrosamente” (DGEEC 2013:21)

Presidente Hayes, Boqueron y Canindeyú son los departamentos del país con mayor población indígena contrariamente a Guairá donde menor cantidad de población indígena tiene, la cual fue registrada recién en este censo (DGEEC 2013).
La población indígena mantiene una estructura predominantemente joven, expresión de una fecundidad elevada- a pesar de haber disminido notablemente desde el censo 2002-, que se reduce rápidamente en las edades adultas, debido a la persistente tasas elevadas de mortalidad (2013).

La página oficial del Instituto Paraguayo del Indígena habla de 572 comunidades reconocidas oficialmente por el Estado con personería jurídica. Las comunidades indígenas para tal efecto deben solicitar, según determinados requisitos, ser reconocidas por el Estado según determinados requisitos establecidos en la Ley 904/81. Según lo establecido en los arts.  7 y 8 de la Ley 904/81, en concordancia con lo establecido en la Carta Magna, el estado reconoce la existencia de las comunidades indígenas otorgándoles Personería Jurídica y reconociendo a su representante legal, el líder elegido por la comunidad.

Considerando que la tierra/ territorio es la base para el desarrollo étnico y económico, se puede afirmar que la condición básica para la sobrevivencia de casi la mitad de las comunidades indígenas del Paraguay no está garantizada. Solamente una pequeña parte de las comunidades indígenas cuenta con suficiente calidad y cantidad de tierra. La mayoría de las comunidades indígenas con tierras aseguradas están sobrepobladas y cuentan con un medio ambiente que no garantiza la práctica de estrategias económicas tradicionales de subsistencia ni garantizan, en muchos casos, la práctica de una agricultura que pueda sustentar las necesidades básicas de alimentación.

Por otra parte, los territorios indígenas fueron permanentemente desvastados, se deterioró su medio ambiente y muchos recursos naturales fueron desapareciendo, con éstos, tradiciones, medicinas, rituales, etc. El problema de la tierra en paraguay por la distribución inequitativa de la misma -que se refleja en la gran brecha entre pobres y ricos-, se hace latente cuando quienes menos oportunidades poseen de acceder a ésta entran en conflicto; en los últimos tiempos, se han dado casos de ocupaciones de tierras de comunidades indígenas por parte de campesinos sin tierra. La principal causa de migración de familias hacia otros lugares, sean otras comunidades o  centros urbanos, es la falta de tierra en cantidad o calidad suficiente. El desplazamiento forzoso hacia las ciudades confluye en situaciones aún más complicadas, siendo víctimas de la discriminación estructural de la sociedad paraguaya pero también de la trata y tráfico. La situación de calle en las que muchas familias se encuentran en los centros urbanos los vulnerabiliza aún más, los y las más jóvenes son las principales víctimas, muchas de las cuales adquieren hábitos que hacen más difíciles su reinserción dentro de otras comunidades.Mapa DGEEC 2013

 

[1] Miguel Chase-Sardi y Branislava Súsnik (1995)
[2] Chamacoco es otra denominación para Yshir y Tomaraho; Lengua para los y las indígenas Enxet sur y Enlhet Norte y Guarayos para el pueblo Guaraní Occidental.
[3] La DGEEC reconoce como comunidad a un “grupo o conjunto de familias indígenas afincadas en una determinada superficie territorial, propia o ajena, que se identifica con uno o más liderazgos propios. La comunidad no solo debe interpretarse en términos geográficos, sino en términos sociales, con lo cual se podría identificar a grupos de indígenas que viven en cascos de estancias, barrios urbanos o rurales, entre otros” (DGEEC 2013:12). La aldea la define como el grupo de familias que ocupan un espacio definido al que le dan un uso particular y tienen un liderazgo diferenciado al interior de una comunidad. Los núcleos de familias son identificados como familias que se encuentran en otros lugares hace más de seis meses (DGEEC 2013).