El 22 de marzo se recuerda a nivel global el Día Mundial del Agua, la jornada fue instalada por la Organización de Naciones Unidas para destacar la importancia de este recurso y abogar por la gestión sostenible de los recursos de agua dulce. Para las comunidades indígenas de Paraguay el acceso a agua potable sigue siendo un derecho postergado, cuya carencia se profundiza a causa de la inacción gubernamental y la crisis climática que impacta localmente.
Según datos del Censo Indígena del 2022 sólo el 25,3% de las viviendas indígenas tienen acceso a agua corriente, esto lleva a que muchas comunidades accedan solo a sistemas de agua no tratadas o dependan casi exclusivamente de reservorios naturales o la asistencia estatal. Ante esto líderes y lideresas indígenas realizan permanentes gestiones y reclamos para lograr que el Estado asista adecuadamente a las comunidades, además de insistir en la importancia de desarrollar alternativas sustentables para garantizar el acceso a agua potable de forma permanente para cientos de comunidades indígenas que no acceden a este derecho.
En el Chaco la situación se agrava debido a la fragilidad del ecosistema y los duros efectos de la crisis climática, esta crisis profundiza los fenómenos meteorológicos extremos, como las sequías y las olas de calor que han sido implacables en los últimos años alcanzando prácticamente la totalidad del territorio chaqueño. Sólo en el Bajo Chaco, Departamento de Presidente Hayes, existen unas 65 comunidades indígenas que se han visto en mayor o menor medida afectadas por la sequía durante el último año.
Los líderes indígenas señalan que la falta de agua potable genera grandes perjuicios a la comunidad, afectando la salud, principalmente de niños y ancianos, causando enfermedades estomacales y otras dolencias. En muchos casos son las mujeres indígenas quienes deben recorrer largos kilómetros para alcanzar algunas últimas fuentes de agua no tratada que deben utilizar de todas formas “es dura la realidad que vivimos” es el testimonio más frecuente desde las comunidades indígenas del Chaco cuando se consulta respecto al acceso a agua potable.
Durante estos años Tierraviva ha acompañado a diferentes comunidades y a la Coordinadora de Líderes Indígenas del Bajo Chaco (CLIBCh) en sus reclamos ante el Estado para garantizar una provisión continua de agua potable a las comunidades. En más de una ocasión se debió recurrir a instancias judiciales, con recursos de amparo, para logar que el Estado provea agua adecuada para el consumo humano.
Si bien el Estado ha invertido millones de dólares en un acueducto y una planta desalinizadora, entre otras obras, estás resultaron infructuosas ya sea por corrupción o incapacidad de los responsables de las mismas.
Ante esta grave situación es fundamental que el Estado diseñe planes adecuados de asistencia con provisión sistemática de agua potable a las comunidades, además de contemplar planes de asistencia en situaciones de emergencia, el Estado debe invertir en infraestructura adecuada para la instalación de sistemas de provisión de agua en las comunidades a fin de garantizar el acceso al derecho al agua.