Decenas de mujeres indígenas murieron durante y después del parto el año pasado, con un alto índice de casos con subregistro; este año nuevamente las comunidades han denunciado muertes por falta de asistencia rápida, en otros casos muertes maternas, que ocurrieron incluso en hospitales, según las informaciones brindadas por los líderes y otros miembros de las comunidades.
Por ello, en este 25 de noviembre en que se conmemora a nivel mundial el Día para poner fin a la Violencia contra las Mujeres, recordamos que el Estado paraguayo en su obligación de garantizar una vida libre de todo tipo de violencia, sigue en deuda con las mujeres; y, en especial con las mujeres indígenas, quienes se encuentran aún más expuestas a la discriminación estructural.
En este sentido urge la adopción de medidas de prevención de muertes maternas y acompañamiento a las familias y comunidades que han sufrido estas pérdidas, que en algunos casos son mujeres adolescentes.
Por otro lado, es fundamental garantizar la participación de las mujeres indígenas en la construcción de políticas públicas para el acceso a derechos, y hagan frente a la violencia en todas sus dimensiones.