Dominga Benítez (29) vive con cuatro hijos y su compañero en una pequeña choza hecha de karanda’y y techo de zinc. Desde que ella y su familia volvieron a ocupar parte de las tierras ancestrales que les fueron arrebatadas, ya pueden cultivar algunos alimentos en la tierra para el autoconsumo, mejorando, en parte, su calidad de vida. Es que durante 23 años, Benítez, sus hijos y otras 143 familias de la comunidad sawhoyamaxa, de la etnia enxet, debieron vivir al costado de la ruta que une a Pozo Colorado y Concepción, en el kilómetro 370.
Pero en parte, la situación cambió desde que reingresaron al territorio, en una fría noche del 21 de marzo del año pasado.
“Ahora que entramos de nuevo a nuestro territorio podemos cultivar por lo menos mandi’o (mandioca) y jety (batata), a veces también tenemos tomates y otras verduras”, cuenta, mientras posa frente a su chacra en compañía de su hijo.
Recolección. Otra de las actividades que pueden realizar los nativos tras reingresar a sus territorios es la recolección de miel, para el propio consumo y para la venta.
Faustino Chávez, quien vive con 7 hijos y su esposa, cuenta que salen durante varios días a colectar miel de los panales de abeja que encuentran en los árboles de toda la zona.
“Mientras podemos juntamos la miel y el resto del día trabajamos en las plantaciones, que nos permiten alimentar a la familia”, relata.
Chávez vende cada litro de miel a G. 15.000.
Uno de los líderes de la comunidad, Leonardo González, comentó que hubo muchos cambios desde que reingresaron a su territorio, pero que necesitan el título de propiedad para poder iniciar proyectos sustentables de desarrollo. Sin el título tampoco tienen garantías de permanecer en el sitio y temen perder nuevamente los cultivos y la vida que iniciaron desde el año pasado.
“Muchas cosas buenas pasaron desde que decidimos reingresar, pero lo que ahora queremos es el título de propiedad, que esperamos desde el 2006”, apunta González.
En el 2006, la Corte Interamericana de Derechos Humanos dictaminó la restitución de unas 14.400 hectáreas del territorio chaqueño del kilómetro 370 a favor de los sawhoyomaxa, que debían ser expropiadas por el Estado paraguayo en un periodo máximo de tres años.
Hasta la fecha, el Estado no cumple con la sentencia en ninguno de sus puntos, y los enxet permanecen a la espera de una respuesta por parte de las autoridades, expresa la directora de Amnistía Internacional, Rosalía Sánchez, durante un encuentro en el norte del país, donde se recordó el primer año de reocupación.
Promesa. Los senadores Esperanza Martínez (Frente Guasu), Miguel López Perito (Avanza País) y Pedro Santacruz (PDP), presentes en territorio enxet el viernes pasado, se comprometieron a trabajar en el proyecto de expropiación en favor de los indígenas desde esta semana, a fin de que tengan el título y puedan vivir tranquilos.